ANGRA
10 de Febrero de 2005. Sala Arena

Cita obligada con una de las formaciones a priori más creativas, originales y elegantes del panorama actual del metal. Y visto lo visto esta noche, sin duda ANGRA no han hecho más que confirmar todas y cada una de nuestras expectativas punto por punto. Con un show técnico pero directo, elaborado pero sencillo para el espectador, y sobre todo con una clase y entrega enormes que siempre están presentes en todas y cada una de sus actuaciones. Poco les importó la escasísima afluencia de fieles, seguramente, haya muchas razones para que sucediera esto, como la fecha en mitad de semana o la coincidencia con época de exámenes, pero sobre todo se me ocurren dos factores fundamentales para la pírrica asistencia que se registró: una, la propia sala Arena, un lugar que por decirlo suavemente no es el más idóneo para este tipo de eventos (conozco a más de uno que ha jurado no volver aunque toquen los Rainbow con Dio) y dos, sobre todo la casi nula promoción e información de la que gozó el concierto (mucha gente se enteró de la actuación de los brasileños días después de la misma). Pero afortunadamente estas seis máquinas de precisión sacaron adelante su concierto con sobrada solvencia y volvieron a dejarnos satisfechos plenamente, a pesar de dejarse en el tintero algún que otro tema imprescindible en su repertorio ("Lisboa" o "Hunters and Prey", por ejemplo) y de que el sonido no estuvo a la altura de los músicos en algunas zonas del local, más por causa de la mala labor de sonorización que por otra cosa. Con todo esto vimos a media docena de excelentes músicos que desarrollaron toda su técnica individual, pero siempre al servicio del grupo, sin perderse en estériles solos interminables ni en excesos barrocos. Destacar a alguno de ellos sobre el resto sería además de injusto, muy complicado, pero es que lo que hizo con su bajo de seis cuerdas el señor Felipe Andreoli fue de clase magistral, ¡que manera de tocar el bajo!. Y claro, si a esto le añadimos la pareja rítmica que forma con Aquiles Priester en la batería, la cosa es difícilmente superable. Con el muro de sonido que montan estos dos, lo más normal es que el resto de la banda apareciera oscurecida, y ni mucho menos. Las guitarras de Kiko Loureiro y de Rafael Bittencourt tenían su cuota de protagonismo y nos ofrecían magníficos pasajes de duelos y solos (con más protagonismo en este apartado para el primero) llenos de velocidad y melodía, apoyados por el más opaco trabajo del teclista que les acompañó para la ocasión y cuyo sonido no tuvo demasiada relevancia a lo largo del concierto, a pesar de lo cual no paró de moverse y entregarse. ¿Y de Edu Falashi qué?, pues el señor Edu volvió a mostrar todo su poderío y calidad como vocalista, llevando a la audiencia a su terreno con sus comentarios y movimientos (al más puro estilo Dickinson). A estas alturas casi nadie se acuerda de André Matos, sin que esto quiera decir que sea mejor ni peor que Edu, simplemente son distintos y ambos tienen un nivel enorme. El set lógicamente vino marcado por su último trabajo "Temple Of Shadows", un disco que estando bien no me parece el mejor de Angra ni mucho menos, pero que en directo gana en la interpretación de sus temas, al menos a mí me convencieron más temas como las iniciales "Spread Your Fire" (aunque echamos en falta los coros de Sabine vocalista de Edenbridge que cayó enferma y no pudo actuar junto a su banda a pesar de estar anunciados, una lástima, y algo que por desgracia no es la primera vez que pasa) y "Waiting Silence", o las siguientes "Angels and Demons", "Shadow Hunter" que quedó magnífica, caracterización de Edu incluida con abrigo y sombrero, y la cañera "Temple of Hate". De sus álbumes anteriores se centraron en "Rebrith" del que sacaron un buen número de temas, con especial mención para el épico corte título y para "Heroes Of Sand" con las acústicas de Kiko y Rafael creando un ambiente embaucador tras la voz de Edu; No se quedaron atrás "Acid Rain", "Nova Era" y "Millenium Sun". "Nothing To Say" volvió a ser coreada con fuerza, y por supuesto clásicos de la época Matos, como "Angels Cry" o la acelerada "Carry On" que prácticamente puso punto final al desarrollo normal del show, antes de la comentada "Nova Era" y de la sorpresiva versión de "Raining Blood" de Slayer en la que Felipe Andreoli tomó protagonismo a la voz, y que sirvió para poner punto final a otra noche grande de unos de los más grandes en la actualidad, y que se merecen muchísima más respuesta de la que tuvieron en esta ocasión. Esperemos que vuelvan pronto en mejores condiciones. ¡O brigado Angra!
Mariano Palomo
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