DARK MOOR / SKYFIRE
26 de Noviembre de 2004. Sala Arena


Por fin, y tras más de un año de espera desde su publicación, los chicos de Dark Moor pudieron presentar en Madrid su cuarto trabajo de larga duración y homónimo de la banda. Y lo cierto es que ni el tiempo trascurrido, ni la salida del grupo de algunos de sus puntales, no les ha quitado ni una gota de ilusión, a pesar de la escasa afluencia de público.
En cualquier caso y centraremos en el concierto desde el principio, abrieron la velada los suecos Skyfire, una banda de death metal melódico de los que apenas conocía su nombre (no es el suyo un género que llame mi atención), y que en su actuación hicieron gala de una buena técnica instrumental, sobre todo sus dos guitarristas y de un buen sonido, eso sí, demasiado apoyado en los teclados pregrabados que sonaban continuamente tanto como colchón, como en primer plano. Lástima que cada vez que su cantante abría la boca para meter su voz gutural y oscura todo aquello perdía mucho de su calidad y encanto, y eso que no era de los más desagradables que he podido ver en su estilo. Correctos, sin más.
Otra cosa fue lo de Dark Moor. Salieron a comérselo desde el principio sin importarles en absoluto que hubiera trescientas o tres mil personas viéndoles. Enérgía, calidad y clase fueron los ingredientes principales de un manjar en el que el plato fuerte fueron los temas de su último trabajo, cinco en total, bien acompañados por otros tantos ya clásicos de sus dos discos anteriores, y de un par de versiones tan sorpresivas como bien aliñadas por Enrik García y los suyos. Y destaco a Enrik en primera persona, además de porque desde la marcha de Annan es el único miembro fundador del grupo que permanece en él, es sin lugar a dudas uno de los mayores talentos tanto compositivos como interpretativos que tenemos la suerte de disfrutar en nuestro país. Y lo volvió a demostrar, bien secundado por una formación que gana en solidez y complicidad en escena por momentos, y donde la ardua tarea de sustituir a alguien tan carísmático como Elisa en la labor vocal ha sido asumida magníficamente por el gaditano Alfred Romero, algo que ya pudimos comprobar en el Viñarock y que aquí pudimos corroborar. Además de su magnífica voz a lo largo de todos los temas, su actitud de continuo diálogo con el público y su simpatía natural (entre los temas, cuando está cantando es una fiera) le convierten en uno de los mayores activos de Dark Moor. Sin perder de vista en absoluto a su base rítmica, con un Andy C. que aporrea los tambores tan técnica como contundentemente, al más puro estilo Scott Travis, y con el bajista Dani Fernández que ha llenado fenomenalmente el hueco dejado por Annan, siendo uno de los más técnicos a nivel nacional. Completó la formación la fantástica teclista Isa García que ya les ha acompañado en bastantes ocasiones en directo. En el set apenas hubo tiempo para el respiro, de hecho el concierto se me hizo realmente corto, comenzando con dos de las partes de las cinco que componen la conceptual "Attila" de su último disco, en concreto "Wind Like Stroke" y "Return For Love" que sonaron intensísimas. Inmediatamente primer tema del recuerdo, "In the Heart of Stone", que abría "The Gates of Oblivion", y del que también incluyeron "Nevermore" que sigue siendo una de las favoritas en directo y "A New World" con la que cerraron antes de los bises. Entre medias otras dos de las más destacadas de su última obra "Eternity" magnífica y "The Bane of Daninsky, The Werewolf" que volvió a demostrarme porque sigue siendo mi favorita del disco con ese aire terrorífico a lo King Diamond que también plasmaron en directo. Recuerdo para su segundo trabajo con "Somewhere in Dreams" otra de sus piezas claves; habitual y brillante solo de guitarra de Enrik evocando a los genios de la música clásica, "Adaggio" incluido y uno de sus grandes referentes, y sorpresiva versión del clásico de Survivor "Eye of the Tiger" en el que tuvo mucho que ver la debilidad de Alfred por el Hard Rock Melódico y que hicieron magistralmente a pesar de no estar en la onda del grupo. Más previsible podría ser con la que abrieron los bises, "Mr. Crowley" del loco Ozzy y que fue una maravilla, sobre todo por el complicadísimo solo de guitarra que en su momento firmó el gran Randy Rhoads y que Enrik bordó. Final por todo lo alto con dos de sus temas más emblemáticos y coreables "Maid of Orleans" y "From Hell" que Alfred hizo cantar a todo el mundo alargándolas sensiblemente. Resumiendo, un conciertazo de una banda que por desgracia no goza del reconocimiento y respaldo que merece por su calidad, esperemos que con su nuevo trabajo lo consigan.
En cualquier caso y centraremos en el concierto desde el principio, abrieron la velada los suecos Skyfire, una banda de death metal melódico de los que apenas conocía su nombre (no es el suyo un género que llame mi atención), y que en su actuación hicieron gala de una buena técnica instrumental, sobre todo sus dos guitarristas y de un buen sonido, eso sí, demasiado apoyado en los teclados pregrabados que sonaban continuamente tanto como colchón, como en primer plano. Lástima que cada vez que su cantante abría la boca para meter su voz gutural y oscura todo aquello perdía mucho de su calidad y encanto, y eso que no era de los más desagradables que he podido ver en su estilo. Correctos, sin más.
Otra cosa fue lo de Dark Moor. Salieron a comérselo desde el principio sin importarles en absoluto que hubiera trescientas o tres mil personas viéndoles. Enérgía, calidad y clase fueron los ingredientes principales de un manjar en el que el plato fuerte fueron los temas de su último trabajo, cinco en total, bien acompañados por otros tantos ya clásicos de sus dos discos anteriores, y de un par de versiones tan sorpresivas como bien aliñadas por Enrik García y los suyos. Y destaco a Enrik en primera persona, además de porque desde la marcha de Annan es el único miembro fundador del grupo que permanece en él, es sin lugar a dudas uno de los mayores talentos tanto compositivos como interpretativos que tenemos la suerte de disfrutar en nuestro país. Y lo volvió a demostrar, bien secundado por una formación que gana en solidez y complicidad en escena por momentos, y donde la ardua tarea de sustituir a alguien tan carísmático como Elisa en la labor vocal ha sido asumida magníficamente por el gaditano Alfred Romero, algo que ya pudimos comprobar en el Viñarock y que aquí pudimos corroborar. Además de su magnífica voz a lo largo de todos los temas, su actitud de continuo diálogo con el público y su simpatía natural (entre los temas, cuando está cantando es una fiera) le convierten en uno de los mayores activos de Dark Moor. Sin perder de vista en absoluto a su base rítmica, con un Andy C. que aporrea los tambores tan técnica como contundentemente, al más puro estilo Scott Travis, y con el bajista Dani Fernández que ha llenado fenomenalmente el hueco dejado por Annan, siendo uno de los más técnicos a nivel nacional. Completó la formación la fantástica teclista Isa García que ya les ha acompañado en bastantes ocasiones en directo. En el set apenas hubo tiempo para el respiro, de hecho el concierto se me hizo realmente corto, comenzando con dos de las partes de las cinco que componen la conceptual "Attila" de su último disco, en concreto "Wind Like Stroke" y "Return For Love" que sonaron intensísimas. Inmediatamente primer tema del recuerdo, "In the Heart of Stone", que abría "The Gates of Oblivion", y del que también incluyeron "Nevermore" que sigue siendo una de las favoritas en directo y "A New World" con la que cerraron antes de los bises. Entre medias otras dos de las más destacadas de su última obra "Eternity" magnífica y "The Bane of Daninsky, The Werewolf" que volvió a demostrarme porque sigue siendo mi favorita del disco con ese aire terrorífico a lo King Diamond que también plasmaron en directo. Recuerdo para su segundo trabajo con "Somewhere in Dreams" otra de sus piezas claves; habitual y brillante solo de guitarra de Enrik evocando a los genios de la música clásica, "Adaggio" incluido y uno de sus grandes referentes, y sorpresiva versión del clásico de Survivor "Eye of the Tiger" en el que tuvo mucho que ver la debilidad de Alfred por el Hard Rock Melódico y que hicieron magistralmente a pesar de no estar en la onda del grupo. Más previsible podría ser con la que abrieron los bises, "Mr. Crowley" del loco Ozzy y que fue una maravilla, sobre todo por el complicadísimo solo de guitarra que en su momento firmó el gran Randy Rhoads y que Enrik bordó. Final por todo lo alto con dos de sus temas más emblemáticos y coreables "Maid of Orleans" y "From Hell" que Alfred hizo cantar a todo el mundo alargándolas sensiblemente. Resumiendo, un conciertazo de una banda que por desgracia no goza del reconocimiento y respaldo que merece por su calidad, esperemos que con su nuevo trabajo lo consigan.
Mariano Palomo
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